El niño prodigio del golf italiano

El niño prodigio del golf italiano, que en pocos años ha encandilado al mundo entero con su frescura, con la diplomacia y la calma de un gran campeón y la naturaleza de un jugador experto que ha superado todos los récords ganando cuatro torneos importantes del European Tour. Se llama Matteo Manassero. Un joven alegre y genuino que en el último periodo ha tenido que confrontarse consigo mismo porque, admitámoslo, es difícil llevar la situación cuando un deportista está «predestinado». Matteo gana desde el primer día, lo gana todo, el mundo está a sus pies. Por eso, es comprensible que cualquier pequeño imprevisto, si no se lleva bien, se convierta en un abismo. Pero no es el caso del joven veronés que, con gran humildad, ha vuelto a la carga reconstruyendo, sin descanso, su camino y estamos seguros de que volverá a lucir mejor que nunca.

Empecemos por el principio y por el Masters 2010 de aficionados: cuéntanos cómo fue

Fue como soñar despierto. Estaba listo para afrontar el torneo del año, el que siempre veía por la televisión, desde la entrada a través de la Magnolia Lane hasta el punto de salida del hoyo 1. Todo era exactamente como siempre me lo había imaginado. Quizás nunca he llegado realmente a entender la grandiosidad de lo que estaba viviendo y creo que este aspecto fue fundamental para disfrutar al máximo la experiencia del Masters. Haber estado allí con los mejores del mundo fue un momento realmente inolvidable. Pude mantener la concentración: habría sido fácil dejarse llevar por la emoción del momento, pero el juego y mi actuación estuvieron a la altura del Augusta National.

Y la decisión de convertirte inmediatamente en profesional, con solo 17 años. ¿Cómo fue dar el salto del mundo aficionado al profesional?

Para mí fue una elección natural e inevitable: me sentía preparado y lo he demostrado en todos estos años. Por supuesto, mis allegados tenían sus dudas, desde mis padres hasta mi exentrenador. Sin embargo, para mí, el salto al mundo profesional era la única opción posible. Solo tenía en mente mi baza del European Tour y enfrentarme a los más fuertes.

¿Cuál ha sido la clave de tu éxito?

Si presuponemos que un jugador tiene que ser completo para poder competir en altos niveles, creo que mi naturaleza ha jugado un papel fundamental. Tenía la inconsciencia típica de los 17 y un fuerte deseo de lanzarme al campo y jugar sin demasiada presión. Para mí era fácil vencer; jugar bien y obtener buenos resultados era algo natural e instintivo.

¿Qué pasó después? ¿Demasiada presión?

En realidad, la presión siempre ha estado pero la tenía bajo control. Con el paso de los años comencé a tener problemas técnicos y la confianza en mí mismo empezó a disminuir. Empecé a sentirme vulnerable en el juego, ya no tenía puntos de referencia, me sentía descolocado y dependiente de todo aquello que me pasase.

¿Cambiarías algunas de las decisiones que has tomado?

Volver atrás es difícil, pero quizás habría intentado darme un tiempo en el que habría parado y me habría concentrado en mejorar mi base técnica durante la temporada, en lugar de concentrarme en la sensaciones que transmitía durante la competición. Tendría que haber hecho un trabajo más estructural que me hubiera ayudado en el futuro; a lo mejor mis resultados habrían durado más. El golf no miente, no hay vías de escape y, antes o después, te pasa factura. Cuando se compite en niveles altos es normal pasar por momentos difíciles, pero lo importante es levantarse, siempre.

¿Cómo se superan esos momentos difíciles, de dónde sacas las fuerzas para no tirar la toalla?

Lo que siempre me ha mantenido a flote es la pasión por el golf, el arma que me ha permitido no caer en el olvido y no abandonar nunca mi objetivo final. Este aspecto se une a la conciencia de haber hecho ciertas cosas y de ser capaz de repetirlas. No estoy cerca de adonde me gustaría volver, pero sigo teniendo mi objetivo y está bien presente. Es fundamental tener un camino bien definido y creer fuertemente en lo que uno hace.

Has competido en diferentes torneos mayores, ¿cuál es el que más recuerdas?

L’Open Champioship del 2009 en Turnberry, donde jugué con Tom Watson y Sergio García. Fueron cuatro días inolvidables. ¡Me encantó todo! El campo es, desde siempre, uno de mis favoritos en el mundo; jugué un torneo extraordinario en el que me quedé el 13º y Tom Watson estuvo a un paso de la victoria. Asistí a la gran ovación a Watson por posicionarse el 18º. Todas estas emociones permanecerán para siempre en mi corazón: mucho más que el putt final con el que terminó el torneo.

No todos saben que con solo 5 años retaste a Seve Ballesteros a un golpe de aproximación...

Era muy pequeño, pero me acuerdo perfectamente: Seve es mi ídolo, el jugador en el que siempre me he inspirado por su tenacidad, creatividad y carisma. Además, en su honor, decidí ponerme siempre el mismo conjunto: pantalones verdes y un polo blanco el último día del torneo.

Llegamos entonces al 2021, una nueva temporada y una nueva colaboración importante. ¿Qué es lo que más aprecias de Chervò?

Estoy muy orgulloso de estar tan unido a la marca. Tras unos cuantos años junto con dos empresas extranjeras, es estupendo y gratificante llevar a Italia conmigo en los campos de golf. Personalmente, me siento especialmente identificado con Chervò: nos une la tierra y el estilo elegante que ha caracterizado su diseño desde siempre. Elegancia y tecnicidad es exactamente lo que Chervò propone y lo que yo necesito. Los valores que nos unen y la estima recíproca nos hagan obtener grandes victorias.

¿Ha sido importante confiar en un nuevo entrenador? ¿En qué te estás concentrando principalmente?

En general, cualquier cambio siempre es importante. No rechazo nada del pasado, pero necesitaba algo diferente. Siempre me gusta ponerme a prueba y trabajar con constancia, ya sea desde un punto de vista técnico que mental. Me he entregado a mi nuevo entrenador, James Rydiard, con quien estoy modificando el gesto deportivo y algunas partes del swing. Pero creo que lo que más me está ayudando es el trabajo con mi coach personal, Alessandra Averna. He organizado mi mente; ahora doy importancia a cosas que realmente valen la pena y me he liberado de esos esquemas que no me dejaban abrirme y me hacían sentirme anclado en ideales y conceptos erróneos.

Los llaman circuitos menores europeos, pero ya sea el Alps o el Challenge, en cuanto a talentos, tienen poco que envidiar al European Tour. ¿Te lo esperabas?

Sí, me lo esperaba y es estupendo porque se beneficia todo el movimiento golfístico. El nivel es muy alto, si un jugador vence en el Challenge Tour, la semana siguiente podría competir por el título en el mayor circuito europeo. En el Challenge se vive hasta el último putt, ninguno abandona y cada golpe es crucial. Sonrío mientras lo cuento porque es, de verdad, todo un honor competir con estos chicos.

¿Cuáles son tus próximos objetivos a corto y a largo plazo?

Me gustaría seguir con esta constancia, con alguna que otra sorpresa y jugarme todas las cartas en el final de la temporada. Siempre estoy concentrado en seguir mejorando. He tenido un aterrizaje brutal y por eso ahora es necesario despegar con calma, sin tener prisa, pero con las ganas de volver a estar en lo alto. En definitiva, hay que abrocharse los cinturones y bajar al campo.


Hoy, Matteo es... continúa tú la frase

Un chico satisfecho del camino que está recorriendo. Obviamente, con lo que sé ahora, me siento feliz de haberlo superado, pero también de haber vivido esos años más negativos y de punto muerto, porque me han hecho ser una persona más consciente y madura. Cuando las cosas van bien no se le da mucha importancia, pero es cuando comienzan a haber obstáculos que se toma conciencia de uno mismo. Estos años me han aportado equilibrio y determinación y podré disfrutar, en su mayoría, de todos los triunfos, grandes y pequeños, que la vida me irá dando. Aún así, el trabajo no ha terminado y el camino que estoy recorriendo es largo, pero se que lo mejor todavía está por llegar.